.





Anoche tuve un sueöo pesado, un sueöo denso, como es usual ahora para mi, esos de los que es difícil levantarse, esos que te dejan desorientado y cuando te despertás tenés que tratar de acordarte quien sos o donde estas.
De repente volvía a Argentina, pero solo por unos días. O un día mejor dicho.
Volvía a mi casa y recogía todo lo que no me había llevado antes y pudiera necesitar, vestidos, remeras, total la valija estaba vacía, porque las otras cosas ya estaban en Austria.
Estaba siempre apurada, sin tiempo, corriendo,  todo estaba desordenado y tirado por todos lados y llegaba al aeropuerto con ropa en la mano y con la valija abierta, casi vacía.  Era un aeropuerto que parecía clandestino, todo oscuro, marrón, como oxidado, y el hombre del check-in era un gordo desagradable, sin dientes, con dos o tres de esos dientes grandes amarillos, gastados y se reía.
Cuando me volví a Austria, no entendía por qué era que había vuelto, y pensaba en quién había pagado esos pasajes y cómo.

Cuando llegaba a Austria tenía una fiesta de disfraces, asique tenía que empezar a buscar ropa, o alguna tela para arreglarmela porque no sabía que ponerme.
Entonces se me ocurre que en la pieza de la Vico puedo encontrar algo y desde mi pieza de Klagenfurt, bajo las escaleras, voy a la pieza de la Vico, reviso su ropero y no encuentro nada. Entonces vuelvo a la cocina de Klagenfurt y se me ocurre ir a mi garage, y bajo las escaleras y estoy en el garage. Empiezo a hurgar en el ropero y de repente me acuerdo que estoy en Austria, que mi garage está muy lejos, y suelto las ropas que tengo en la mano porque me doy cuenta que esas cosas no existen en realidad y me voy mientras el garage se queda como desapareciendo atrás mio.

Hacía tanto tiempo que no tenia la imágen del garage o de mi casa en la cabeza, cuando me desperté no entendía el sueöo, o en qué lugar estaba a la final, y levantarme fue mas difícil.



Hace poco también soöé que mientras caminaba por el centro, y agarraba la Herrengasse para ir desde Heiligengeiplatz a Alter Platz, de repente aparecía caminando por el centro de Córdoba, y estaba en la caöada, me la cruzaba a la Vico, nos abrazábamos, nos alegrábamos de cruzarnos, nos decíamos que nos extraöábamos y después como si nada por la misma calle me volvía a Heiligen de buen humor.




Es la mezcla de los mundos, que en los sueöos se conectan y se mezclan, cual el pasaje de narnia, o viajes en el tiempo o el espacio, lo cual es muy divertido y cuando me despierto me quedo pensando mucho en esos sueöos  y en las cosas que le andan pasando a mi cabeza.











.