Chiquitita tu boquita de limón, tan ácida, tan ácida.
Un sol amarillo que nos agarra de la espalda, caminamos para atras (como si quisieramos alargar vida).


Tantas calles grises dueñas de la noche en que perdidos nos encontramos.
Cada tanto, empezamos a sentir que sabemos donde estamos, nos olvidamos de que ya nunca vamos a dejar de estar perdidos, ya nunca vamos a volver.
Pero con cada paso se llena un pétalo de besos.
Se llena un mundo de miradas.
Se llenan de sentido.
























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