Cuando de repente empezamos a ver el cielo desvaneciendose y mostrandonos lo que hay mas alla.
Vamos a ir mas alla.





Cómo tantos viven y mueren por partir. Agarrar unos pocos bolsos y salir al mundo.
Qué mejor que el mundo.
Nosotros empezamos a contar pastos, a encontrar miradas, ¿cómo? Nunca pude partir una torta a la mitad.
Resultaba ser que no era como un globo que se escapaba, como libre a ningún, lugar, los globos nunca vuelven.







A veces pienso. Hace unos pocos días, mejor dicho.
Sí. Siempre me voy.
Pero siempre vuelvo.




Pero, pero, pero. Cada día las olas son mas grandes, como extraño jugar con ellas, mezclarnos, nadar juntas. El mar que te lleva, te arrastra, te chupa, te mueve. Relajado -el mar-  no le importa que hay abajo, no le importa que hay afuera.



Despertarse viendo otro sol, todos sabemos que es el mismo sol, también sabemos que no es el mismo.
Creemos que la vida nos desafía, y que decidimos correr el riesgo. Para divertirnos un poco.



Vamos a dar una vuelta, vamos a soñar con otras palabras, vamos a crecer, y no sabemos, capaz para abajo.



Cientos de especies que nadie conoce, porque ya no se conocen entre sí. Porque ya no se quieren entre sí. Ellos se levantan y viven. Junto con el sol, el mismo sol.
A ninguno le quedaba otra alternativa, mas que vivir.
Ya estaban muertos y no lo sabían,  solo a veces cuando se iban a dormir.


Sólo como la punta de una piedra que sobresale del medio del océano, con las olas que rompen contra ella, de noche y con viento, vientos silbadores.



Nunca supe silbar.
Nunca supe, nadie me dijo,
nadie me enseñó.
Nadie me contó que cuando sentías después morías.
Morimos tantas veces antes de morir.





Juventudes que bailan al son de los ritmos que ya ni escuchan.
Corriendo para no dormirse parados.







Cada vez que miran al cielo, se llevan el mismo aburrimiento en el pecho, que nadie sabe por qué duele, por qué quema. Todos sabemos que cuando viene, después se va, y eso nos da miedo. Nos da miedo agarrar de vuelta la bufanda, estrujarla con las manos mientras tragamos lágrimas y tragamos nudos.







Me llevo pedazos de tierra y de arena, pero no para construir un castillo de arena, como me decían cuando era chica. Esto es para tirarlos al viento y que caigan en algún lugar donde alguien les de una cálida bienvenida.



















.

No hay comentarios: